Lugar: Living Room Festival. Madrid.
Asistentes:
Uriel Fogué, Fernando Domínguez, Fernando Espuelas, Luis Arenas.
Público asistente:
40 personas.
Invitado:
Dr. Carlos Cañete, Doctor en historia e investigador en el Centro de Ciencias
Humanas y Sociales, CSIC.
Título de la sesión:
“Culto Alien”
Comienza
la sesión cuestionándose la dimensión religiosa de la crisis, como una vía
inexplorada hasta el momento. Tal vez la religión pudiera ser la vía de necesaria
para pactar la interactuación con lo otro.
Para ello
se proyecta un extracto del filme Mondo Cane: http://www.youtube.com/watch?v=qmlYe2KS0-Y
y continúa con una breve introducción de los rasgos característicos de los
denominados cultos cargo documentados en Polinesia
y Melanesia. Se señala su proximidad con otras formas religiosas como la
religión al Dios John Frum o el culto a Felipe de Edimburgo (cuyos rasgos
compartidos—además de la obvia presencia de una “carga” con alcance religioso—
son el milenarismo, la impronta soteriológica, el vínculo con los ancestros y
la presencia reiterada de liderazgos carismáticos).
1. El
ponente introduce su primera tesis: en un primer escenario y ante una eventual
invasión de la tierra por parte de alienígenas, se señala la alta probabilidad
de la aparición de formas de Culto (Cargo) Alien, vinculadas a la convicción de
la mejora tecnológica que supondrían estos encuentros para la especie humana
(al modo de la secta Heaven’s Gate con el paso del cometa
Hale-Bopp o el origen alien de la especie humana para la Iglesia de la Cienciología ).
El
análisis prospectivo del especialista anuncia una doble eventualidad: la alta
probabilidad de aparición de esos Culto Alien y la irrupción de liderazgos
carismáticos con implicaciones políticas subversivas. Se trataría de decidir en
este contexto cuál sería la opción más racional para enfrentar esa respuesta.
El staff
ministerial, presente en el Gabinete interviene para preguntarse a partir de
qué momento otra entidad empieza a poder ser considerada divina. Nuestro especialista
responde que no es necesario uno o varios rasgos particulares. La divinización
puede ser realizada con respecto a cualquier entidad.
Ante las
preguntas de los asistentes se hace notar cómo la religión puede tomarse como
método alternativo a la ciencia para relacionarse y gestionar lo totalmente
otro. Asimismo se señala la dificultad de señalar las transformaciones
concretas que han sufrido las formas religiosas preexistentes al fusionarse
sincréticamente con los cultos cargo. Parte del staff sugiere replicar la
conducta alienígena como modo de activar la comunicación (“Volasteis el
Everest; nosotros volaremos el Mont Blanc”). Asimismo se plantea la pertinencia
de invitar o no a las instituciones religiosas ya existentes en la gestión del
conflicto. Se descarta al darse por inevitable.
2. En un
segundo escenario el invitado nos introduce la hipótesis de que la construcción
del Culto Cargo sea una simple construcción colonial proyectada por la mirada
occidental. Más bien, tras este giro hermenéutico, se hace ver cómo es probable
que una revisión de esos Cultos Cargo permita comprender que tales prácticas
tengan menos que ver con el anhelo de tecnología y más con la necesidad de
articulación de las estructuras políticas, económicas o sociales de las comunidades
en que se dan. La importancia no es tanto la "carga" del Culto Cargo
cuanto los sistemas teológicos que se elaboran a partir de ellos. Y la presunta
irracionalidad con los que la mirada occidental los encara sería en realidad
una forma de ignorar cómo se trata en realidad del particular modo de
comprender el mundo ligado a estas sociedades. A ese respecto, se sugiere la
posibilidad de ver la interpretación de los colonizadores como
ancestros en el marco de los Cultos Cargo como una estrategia social racional
para incorporar a esos nuevos extraños a la comunidad de referencia.
De ahí se
infiere que lo que llamamos estrategias de racionalidad occidentales pudieran
ser vistas por los alienígenas en el marco de una eventual invasión como formas
sui generis de Culto Cargo. Con ello se sugiere en qué medida las dos
alternativas de enfrentamiento con lo otro —racionalidad y religión— puedan ser
sólo dos maneras diferentes de comprender el mundo.
Desde el
público del staff ministerial—y ante la bidireccionalidad que revela el
análisis en este segundo escenario— se plantea la pregunta de cómo aprovecharse
eventualmente de los Cultos Cargo que se generarán en el marco de la comunidad
alienígena. Igualmente otro sector del público invita a tomar la ironía como
estrategia de interrelación de los inferiores con respecto a los superiores (al
modo como la ironía que parece estar presente en el modo con que los melanesios
parecen interactuar con los occidentales). También desde la mesa se señala la
posibilidad de considerar la crisis alienígena como una posibilidad de
transformación y no solo como una catástrofe inevitable.
3. El
tercer escenario que se plantea pretende dar una nueva vuelta de tuerca a
nuestra mirada. Frente a la crítica postcolonial que señala los mecanismos del
discurso dominante por infravalorar y someter simbólicamente al pueblo conocido
(Said), el colonialismo también deja ver en una mirada más amplia analogías y
esfuerzos por señalar la continuidad o proximidad entre colonizador y
colonizado. El discurso colonial se presenta así como ambivalente: la
transformación del otro que el colonialismo trata de llevar a cabo no puede ser
tan radical como para que aniquile al otro en su otredad, pues en ese
caso el colonizado dejaría de tener en él la condición de término con respecto
al cual el colonizador pueda construir su propia identidad por contraste. En
este contexto, ciertas interpretaciones del Culto Cargo ponen de manifiesto de
nuevo la condición irónica con la que las comunidades colonizadas reciben los
contenidos del otro occidental.
Todo ello,
no obstante, se hace tras dejar ver la dificultad de lo que con Gayatri Spivak
podría denominarse ser capaz de “pensar desde el subalterno”. En ese sentido,
para evitar el comportamiento excesivamente humanista y antropocéntrico se
invita desde el Gabinete a tomar en consideración aproximaciones más
cosmopolíticas y sopesar de nuevo posibilidades advertidas en otras sesiones
del Gabinete: las de ensayar frente a vocabularios políticos tradicionales
(poder/dominación) otros formatos políticos asociativos alternativos como
el de la simbiosis o el parasitismo como posibilidades cosmopolíticas
alternativas.
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